Señala que en la actualidad los casos de paludismo en nuestro país son escasos, y los que son detectados están más bien localizados en las zonas tropicales. A pesar de tanto mosco y los múltiples casos de dengue que hubo en meses pasados, no hubo reportes de casos sobre esta enfermedad.
“Eso es debido sobre todo a que no existen en nuestra ciudad los reservorios naturales del microbio que causa el paludismo, y que es transportado por la hembra del anopheles infectada, que es la portadora de los esporozoítos del Plasmodium en sus glándulas salivares”.
Explica que los síntomas son fácilmente identificables, sobre todo por el exceso de fiebre, sudoración, y como el microbio tiene un ciclo de vida dentro del cuerpo humano, la fiebre es variable, ocurre un día sí y un día no.
“Sus síntomas primordiales son usualmente febriles, con cambios bruscos de temperatura y, por la misma causa, de humor. En cambio, el dengue presenta, además de fiebre ininterrumpida, dolor, nauseas, vómitos y dolores en las articulaciones y huesos”.
“África es una zona con problemas serios por esta enfermedad. Por lo tanto, si alguien viaja para aquella zona, tendría que tomar medidas preventivas con determinados medicamentos y con un tratamiento y una profilaxis específica. Hay un tratamiento específico para el paludismo, lo que no ocurre con el dengue, que no hay una profilaxis ni tratamiento determinado”.
“No hay ningún rebrote de paludismo en nuestra ciudad. Es rarísimo que la diagnostiquemos. Así que el paludismo es una enfermedad por la que no nos debemos de preocupar”.
Guadalajara, Jal., 8 de febrero de 2010
Texto: Juan Carrillo Armenta
Fotografía: Internet
Edición de noticias: Lupita Cárdenas Cuevas