En Jalisco hay 24 especies de colibríes. De acuerdo a la versión 2001 de la NOM-059, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), cuatro de ellas estaban con protección especial bajo la categoría de amenazadas. En la versión 2010 de la misma norma fueron suprimidas dos, informó Sarahy Contreras Martínez, profesora investigadora del Departamento de Ecología y Recursos Naturales, del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur).
La protección especial era recibida por las especies de colibríes Attis heloisa, Thalurania ridgwayi, Tilmatura dupontii y Cynanthus sordidus. De la lista fueron quitadas la Attis heloisa y Cynanthus sordidus.
La Attis heloisa es endémica de las montañas de México. Sus poblaciones no son muy abundantes, al menos para Jalisco. “La Cynanthus Sordidus no la conozco. No puedo decir mucho, de hecho no la capturamos. En Jalisco sí la tenemos, pero es accidental. En Michoacán es más abundante, aunque su hábitat está restringido al centro de México”, detalló.
Explicó que se considera una especie amenazada cuando su tendencia poblacional está declinando. En este punto, si se realizan acciones de conservación pueden recuperarse las especies.
Hay una especie, la Selasphorous rufus, que nunca ha estado en la NOM-059, pero a nivel internacional tiene un alto grado de vulnerabilidad y está protegida por Partners in Flight (PIF).
La académica, quien ha realizado investigaciones en torno a estas aves en los bosques de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán, impartió la conferencia “Grandes guerreros: colibríes y el fuego. Conservando la biodiversidad jalisciense”, en el Museo Regional de Guadalajara como parte del programa “La ciencia para todos”, de la Coordinación de Vinculación y Servicio Social.
Investigadores de universidades nacionales y extranjeras se han reunido para poder compartir el conocimiento y formar planes de acción para una mejor conservación; así se han creado la Red de Conservación de Colibríes en México y una red de conservación y monitoreo a nivel de América del Norte.
“El Servicio de Pesca y Vida Silvestre, en Estados Unidos, nos está apoyando para que sea más efectiva la conservación, como tener espacios en la web donde podamos tener acceso a información, a propuestas de financiamiento, y eso es una ayuda para varios investigadores interesados en el estudio de los colibríes”, dijo Contreras Martínez.
Falta mucho por hacer. Hay pocos ornitólogos enfocados en los colibríes, también hacen falta más programas de educación ambiental para transmitir los conocimientos que se generan, que puedan aplicarse y entender para que la gente tome conciencia de la riqueza natural que representan estas aves.
“No se conoce demasiado sobre la reproducción de los colibríes, tampoco si sus poblaciones están cambiando por efectos del cambio climático global. Todavía estamos por conocer muchos sobre ellos”, agregó la investigadora.
Estas aves no sólo tienen importancia ecológica, ya que son grandes polinizadores, sino cultural también, porque los pueblos prehispánicas los adoraban como dioses, principalmente los aztecas, indicó la investigadora, quien en 1992 fue certificada para obtener el permiso de anillamiento de colibríes en México y Estados Unidos.
Guadalajara, Jal., 23 de enero de 2013
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Abraham Aréchiga
Edición de noticias en la web: Lupita Cárdenas Cuevas