Santa Claus, el Niño Dios y los Reyes, creencias útiles si saben encauzarse

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Mantener comunicación con los hijos para que no se sientan engañados

La creencia en los Reyes Magos, Santa Claus o el Niño Dios tienen que  modificarse poco a poco, de acuerdo al desarrollo del pequeño. Los padres deben mantener una comunicación con sus hijos conforme a la etapa de su desarrollo, que permita valorar hasta qué punto estas creencias van a ser útiles. 
 
De otra manera, los hijos pudieran sentirse engañados, porque no hay una relación entre lo que le estimulan a creer y lo que sienten que es cierto y tienen información para corroborarlo, informó el psicólogo y psicoterapeuta Luis Arturo González Lozano, académico del Departamento de Psicología Básica, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud.
 
Un niño que se siente engañado puede tener sentimientos de tristeza, de enojo, ver lastimado su sentimiento de confianza. Los padres empiezan a perder un status moral ante el niño y a ser cuestionados por éste. 
 
Señaló que las creencias no son necesariamente malas si son motivadoras, pero en el momento que generan un conflicto o el niño las ve como un engaño es muy importante abrirse a la realidad. Se tendría que pasar estas creencias en estas figuras que llevan regalos a los niños que se portan bien a la creencia de valores de interacción, de relaciones humanas, de unidad familiar. Podría decirse al pequeño que es cierto que los padres compran los regalos, pero debido a que se cree en un Dios que ayuda a conseguir beneficios gracias al esfuerzo.
 
Las creencias de que los Reyes Magos, Santa Claus o el Niño Dios llevan juguetes a los pequeños el 6 de enero o el 25 de diciembre de alguna manera buscan estimular en el desarrollo de los pequeños el hacer una evaluación anual de cómo se comportaron todo el año. Si actuaron con responsabilidad y obedecieron a sus padres. Es una medida educativa y tiene que ver con las creencias familiares dentro de una cultura. “La inconveniencia o conveniencia de esta medida dependerá de cada familia y contexto”.
 
“Sí podríamos decir que a veces resulta complicado porque los niños, gracias a la información que fluye por las nuevas tecnologías o las que les proporcionan otros compañeros, llegan a cuestionar tales creencias. Ante esta situación debe estimularse el diálogo”. 
 
Los niños siempre buscan respuestas en los padres. Entonces ellos tienen la oportunidad de acondicionar la creencia a la etapa de desarrollo de su hijo. En cuanto a los profesores, no está en su papel desinstalar la creencia de los niños. Su papel, en todo caso es reforzar lo que cree la familia. A menos que esa creencia afecte severamente el desarrollo o la salud mental del niño.
 
Guadalajara, Jal., 27 de diciembre de 2012
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Internet
Edición de noticias en la web: Lupita Cárdenas Cuevas