La escritura rompe fronteras entre el autor y sus lectores

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Continúa la III Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, en el Conjunto Santander de Artes Escénicas. Participan Mónica Lavín, David Toscana y Rodrigo Blanco

La escritura es romper con la frontera que el escritor tiene consigo mismo y su entorno, con el texto y los lectores, coincidieron este martes los escritores reunidos en la mesa de diálogo “Las fronteras invisibles de nuestra literatura”, realizada en la III Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, que tiene como sede el Conjunto Santander de Artes Escénicas, de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
 
La escritora y periodista Mónica Lavín afirmó que los libros invisibilizan las fronteras, al igual que la censura hace evidentes las fronteras autoritarias o dogmáticas, y relató que de niña aprendió que la literatura puede borrar los límites impuestos por las naciones cuando su madre, una exiliada de la Guerra Civil española, mantenía contacto con su familia mediante los libros que le enviaban por barco.
 
Luego, escribir su libro Las rebeldes, acerca de la vida de Leonor Villegas, quien presenció la Revolución Mexicana desde el Norte de México, le permitió entender que “la frontera también es móvil, mutante y que puede ser, incluso, hermanador en algunos momentos”.
 
“Los que escribimos siempre estamos queriendo saber qué pasa del otro lado de las cosas, del otro lado de las personas, del otro lado de lo no visible, que bien podría ser una frontera”, expresó Lavín.
 
La autora consideró que la escritura es la manera en que la frontera entre hombres y mujeres puede ser invisible, pues en ese proceso, al igual que cuando ocurre la lectura, las personas se olvidan del sexo de quien escribe o de quien lee.
 
“El propio proceso de escritura tiene que franquear, tiene que hacer invisible la frontera entre la persona que escribe y aquel texto que tiene que desprenderse del escritor, de manera que éste se olvida de sí mismo mientras está escribiendo y el texto se rige con sus propias reglas, su propia voz, su lenguaje; de otra manera no va a funcionar”, declaró.
 
La mexicana pidió quitar los estereotipos de género, dejar de etiquetar los libros escritos por hombres o mujeres y asociarlos con temas y un “lenguaje más dulce y dócil”.
 
“Estos prejuicios de qué escribimos las mujeres y qué los hombres, y dónde se pierde la frontera, es donde verdaderamente deberíamos de poner atención, quitarnos los prejuicios de género en el área de la creación y que importe nada más el arte”, refirió.
 
Ante el planteamiento de si el feminismo influye en el rompimiento de fronteras en la literatura, el novelista mexicano David Toscana, pidió a las mujeres comprender que la literatura es el “mundo de las pasiones humanas” y donde los narradores quieren volcar lo que sienten como “herederos de una tradición” literaria en la que antes era normal que hubiese peleas y violencia.
 
“Ahora quieren convertirnos en unos perritos mansos, y no lo vamos a hacer, no queremos cometer actos delictivos, eso está bien que se denuncie, tenemos pasiones y no sólo a través de las letras lo demostramos. Queremos seguir viviendo en esta idea que teníamos de que todos éramos feministas y que ahora no sabemos cómo definirnos”, dijo el autor de El ejército iluminado.
 
Toscana aseguró que a pesar de que el lenguaje, en especial el español, es infinito y el proceso creativo no tiene un límite, las mayores fronteras para el escritor son sus posibilidades personales, su talento y su propia vida.
 
Añadió que los libros también tienen un límite, pues cuando se encuentra en un estante de una librería o biblioteca no puede traspasar esa frontera, a menos que venga un lector, lo tome y lo lea. “En la medida en que haya más lectores estas fronteras se van a empezar a derrumbar”, aseguró.
 
El venezolano Rodrigo Blanco, uno de los finalistas del Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, dijo que el discurso contemporáneo sostiene que las fronteras son negativas y están relacionadas con problemas, con las personas y sus posibilidades de estar en algún lugar.
 
“Nos dicen que las fronteras son negativas, nos llaman constantemente a borrar cualquier noción del límite y las herramientas contemporáneas como los libros e Internet nos hacen creer que, efectivamente, tenemos un acceso real a nuestras antípodas geográficas o culturales”, señaló.
 
Aseguró que muchas veces es necesario desplazarse a otros espacios y sentir que estás traspasando un límite para influir en el proceso creativo y la escritura.
 
La III Bienal de Novela Mario Vargas Llosa continuará este miércoles con la presencia de autores iberoamericanos, reunidos en diversas conferencias y mesas de diálogo.
 
El jueves, a las 11:00 horas, en el Paraninfo Enrique Díaz de León, se realizará la última mesa y la ceremonia de clausura será el jueves a las 18:30 horas, en el Conjunto Santander de Artes Escénicas, donde se dará a conocer el ganador del Premio de la bienal.
 
A t e n t a me n t e
"Piensa y Trabaja"
Guadalajara, Jalisco, 28 de mayo de 2019
 
Texto: Mariana González
Fotografía: Gustavo Alfonzo

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