Investigadores de la UdeG documentan tsunami que no había sido registrado en la literatura científica

Versión para impresiónEnviar por emailPDF version
La información permitirá establecer nuevos escenarios de riesgo en costas jaliscienses

Investigadores del Departamento de Geografía de la UdeG realizaron un hallazgo que traerá nuevos escenarios de riesgo y más precisos en cuanto a la aparición de posibles fenómenos como tsunamis, principalmente en las costas jaliscienses.
Según el investigador del Departamento de Geografía de la UdeG, Luis Valdivia Ornelas, el 3 de junio de 1932, a las 4:38 horas, un terremoto de 8.2 grados de intensidad registrado en la costa Mexicana del Pacífico, provocó un tsunami que ocasionó importantes daños en las costas de Jalisco. Este hallazgo no está documentado en la literatura científica actual.
Valdivia Ornelas indicó que en aquel entonces se hablaba en Jalisco de un solo tsunami en Barra de Navidad, descrito como “una gran ola verde”. “Se tenía información del evento del 22 de junio, el famoso tsunami de Cuyutlán que se documentó por muchos investigadores en México y muy estudiado porque causó graves daños. Este evento cubrió la información del tsunami del 3 de junio, el más grande según un reporte que encontramos hecho por una comisión ex profeso”, dijo.
El experto, en conjunto con la académica Rocío Castillo y Mariana Estrada Trejo, estudiante de la licenciatura en Geografía, todos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), se dedicaron a revisar notas de esas fechas en la hemeroteca, así como en archivos históricos.
Según reportes encontrados por los investigadores, informaban que las aguas del Océano Pacífico habían invadido poblaciones como Chamela, Tomatlán y Puerto Vallarta. También indicaban que el agua entró hasta ocho kilómetros, que tenía un olor sulfuroso y que mucha gente murió.
Para los especialistas del CUCSH, este hallazgo enriquecerá la información de los estudios que se han hecho a escala nacional de los eventos de tsunami para las costas del Pacífico, por lo que continuarán documentando este fenómeno.
“Con esta información se tienen que establecer nuevos escenarios de riesgo en las costas, sobre todo ahora que hay grandes obras de infraestructura y asentamientos humanos”, consideró Valdivia Ornelas.
Añadió que en este momento nos es posible saber cuáles podrían ser los nuevos riesgos. Sin embargo, dijo que es importante tomar como referencia este evento y entender cómo se comporta el fenómeno históricamente.
“Para que se genere un sismo de 8.2 tuvo que haber una acumulación de energía en estas zonas tan importante que provocó rupturas en la corteza terrestre. El objetivo no es alarmar sino documentar este evento y tener en cuenta que estamos expuestos a este tipo de condiciones y por lo tanto tener una política más sólida de protección civil y monitoreo”, concluyó Valdivia Ornelas.
Guadalajara, Jal., 29 de diciembre del 2010
Texto: Wendy Aceves
Fotografía: Internet
Edición de noticias: Lupita Cárdenas Cuevas