Inundaciones, hundimientos y agrietamientos son los principales riesgos que tiene la Zona Metropolitana de Guadalajara, pero también hay otro foco rojo: la sismicidad por las fallas geológicas cercanas. Esto obliga a contar con mayores estudios, planeación y acciones que disminuyan la vulnerabilidad de sus habitantes.
El académico del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial de la Universidad de Guadalajara, maestro Luis Valdivia Ornelas, lamentó que ninguno de los municipios metropolitanos escapa de las inundaciones, problema “serio y crónico”. Este viernes 24 de julio presentará el libro Los peligros naturales de Jalisco, a las 12:00 horas, en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
Conforme a resultados de los estudios –bases de datos históricos para determinar fenómenos peligrosos en Jalisco y su regionalización–, dijo que es necesario evaluar la sismicidad en estructuras locales: en el Bosque La Primavera hay por lo menos cuatro registros de micro-sismicidad, y el último se dio en 1912, por lo que puede volver a ocurrir.
Un sismo importante que afectó a Guadalajara fue el de 1875 en San Cristóbal de la Barranca. “Hay estructuras tectónicas activas a lo largo de todo el sistema de la barranca del río Santiago. Hemos visto que los sismos que se generan en la costa no le pegan tan fuerte a Guadalajara” como los que ocurren en sitios como la barranca o en Zacoalco.
Con respecto a las grietas, apuntó que “no son derivaciones de los movimientos tectónicos”, pero las inundaciones se van sobre las líneas de debilidad geológica. Por ejemplo, esto ocurrió en el área de Lomas de La Primavera. “En la zona de Nextipac se combinan dos factores: anegamiento en sitios donde el subsuelo está fracturado y la formación de oquedades, debido a procesos de erosión natural de subsuelos poco consolidados”.
Dijo que la urbanización “anárquica” en la parte de la cuenca del arroyo Seco, y cercana al área natural protegida, genera que existan zonas de mayor riesgo, y agregó que en los últimos años ha crecido la incidencia de grietas, tanto en recurrencia como en longitud de afectación. En Tonalá y Tlaquepaque los problemas están relacionados a que fueron zonas de extracción de material y rellenados con basura y escombro. “En toda la zona de Tonalá hay una gran cantidad de viviendas asentadas en rellenos, debido a que no hubo un control en la extracción de material”.
Resaltó que esto refleja una inadecuada toma de decisiones y planeación histórica. Esta publicación servirá para que especialistas, autoridades y ciudadanos, conozcan riesgos, recurrencia e intensidad de fenómenos, zonas afectadas y exposición a dichos riesgos. Faltaría hacer estudios sobre vulnerabilidad, costos económicos, entre otros.
A T E N TA M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Guadalajara, Jal., 20 de julio 2015
Texto: Eduardo Carrillo
Fotografía: Abraham Aréchiga