En Jalisco, escasa la explotación de los vestigios arqueológicos

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En la cuenca de Sayula fueron descubiertos más de 130 sitios que no están abiertos al público

En Jalisco hay sitios arqueológicos que no están abiertos al público por falta de recursos económicos, métodos adecuados para su conservación y especialistas contratados para su mantenimiento, así como la escasa conciencia en gobierno y sociedad civil en torno a la importancia cultural que tienen, afirmó el doctor Luis Gómez Gastélum, investigador del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá).
 
Especificó que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en su página web, reconoce tres sitios arqueológicos para Jalisco: dos de ellos, el Ixtépete y Guachimontones, los cataloga como abiertos al público; otro más, El Grillo, puede visitarse con solicitud previa al INAH Jalisco. Hay otros que no figuran en esa lista pero pueden visitarse, como la zona arqueológica ubicada en Ixtapa, Puerto Vallarta. “Los sitios que puede conocer la gente no pasan de diez, y tan sólo en la cuenca de Sayula, de 1990 al año 2000, fueron descubiertos más de 130 sitios arqueológicos que no están abiertos al público”.
 
Detalló que la conservación de estos sitios enfrenta diversas dificultades. Muchos vestigios o ruinas encontrados, como los que hay en el Ixtépete, son de adobe. El agua es uno de los factores que pueden deteriorarlos debido a las filtraciones. Su conservación implica encapsularlos, en muchas ocasiones, mientras se encuentra una fórmula que evite su desaparición.
 
Agregó que una posibilidad podría ser la construcción de museos en las proximidades, con los adelantos tecnológicos a mano, para dar a los visitantes un panorama de lo que pueden encontrar, y agregó que en el Ixtépete no existe un museo, a pesar de la importancia científica que tienen los vestigios que ahí se encuentran.
 
Resaltó también la falta de especialistas, problema que enfrenta todo el país. “Cada semestre hay una nueva generación de arqueólogos. México tiene la capacidad para generar especialistas, pero no para contratarlos una vez que se han formado”, aclaró.
 
De acuerdo con el conteo del académico universitario, hay en México de ocho a diez universidades que ofrecen la licenciatura en Arqueología y otras cinco los mismos estudios, pero a nivel posgrado.
 
Expresó que las élites de este país, en conjunto con el gobierno federal, han decidido que lo importante son las áreas tecnológicas e ingenierías, y han dejado de lado lo social. “Con los gobiernos neoliberales ha ocurrido un desmantelamiento del aparato de estado y de la protección de los derechos sociales, el goce de la cultura es uno de ellos”.
 
Señaló que la apertura de un sitio arqueológico a la visita pública trae beneficios culturales y educativos, así como económicos, por la derrama económica. Subrayó la importancia de llevar el conocimiento especializado, incluyendo el arqueológico e histórico, al gran público. Hace falta armonizar los esfuerzos de los especialistas con los dedicados a la difusión científica para crear conciencia sobre la importancia del patrimonio arqueológico.
 
Especificó que en Jalisco, algunos de los hallazgos más antiguos datan de hace cinco mil a 10 mil años, de sociedades nómadas. Fueron descubiertos en abrigos rocosos, en las sierras que rodean a la cuenca de Sayula. En cuanto a sociedades sedentarias, hay hallazgos que datan de mil años a.C., en el área de Citala, Municipio de Teocuitatlán de Corona. Las sociedades prehispánicas más recientes son las que existían en tiempos de la Conquista. Muchos de esos sitios no han sido trabajados arqueológicamente, ya que localizarlos podría implicar la afectación de asentamientos coloniales.
 
 
A T E N TA M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Guadalajara, Jal., 4 agosto de 2015

 
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Internet