Disminuye el agua de lluvia que llega a la laguna de Zapotlán

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Durante tres años CUSur y la Western University de Ontario, Canadá estudiaron las lluvias y los escurrimientos en la laguna de Zapotlán como parte de un proyecto de doctorado

La investigación “Generación de escorrentías en un bosque seco tropical en la cuenca de Zapotlán” concluyó que el agua de lluvia que llega a la laguna de Zapotlán ha disminuido y, por lo general, llega acompañada de “un arrastre considerable de sólidos”, situación que genera un desbordamiento del cuerpo de agua, expuso el académico del Centro Universitario del Sur, José Guadalupe Michel Parra.
 
EL trabajo es un proyecto doctoral de Kegan Farrick, estudiante de la Western University de Ontario, Canadá y en cuya investigación se involucró el CUSur a partir de un convenio de colaboración. La investigación incluso recibió 70 mil dólares por parte del gobierno canadiense. “Se estuvo monitoreando la cuenca en sus diferentes escorrentías”, al principio en la subcuenca de la Catarina y posteriormente en la parte alta de la montaña, precisó el académico.
 
“Los resultados no son halagadores, en algunas partes del país se sufre estrés hídrico y en otras abundancia de agua. Aquí tenemos problemas de estrés hídrico por las escorrentías, dado que las actividades principalmente antropogénicas han perturbado la montaña en su cuenca alta; eso interrumpe el ciclo del agua y sus escorrentías, ya que lo hace de forma superficial y no se absorbe al subsuelo, y lo que genera es un arrastre considerable de sólidos de suelo al lago”.
 
Ahora, el lago, en apariencia, ha incrementado su nivel y el tramo del periférico a su paso por el cuerpo de agua está cerrado “porque el lago se está desplazando con tendencia hacia la parte sur y no hacia la parte norte, como estuvo en algún momento”. Esta situación, expuso Michel Parra, en el corto plazo pudiera generar un conflicto de tenencia de tierra, ya que en esa zona convergen las concesiones federales y ejidales.
 
Por su parte, Farrick presentó ante autoridades del campus universitario y del gobierno municipal parte de los resultados obtenidos en tres años de investigación, lapso en el que fue asesorado por Brian Branfireun, doctor del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Western University. El doctorante precisó que los bosques secos, como los que se encuentran en Zapotlán El Grande, ocupan 42% del total de los bosques tropicales y representan 19% en el mundo, con una distribución principalmente en México, Sudamérica, África y Asia.
 
Su estudio es vital, dijo, porque se conoce poco de la hidrología en este tipo de ecosistema. En este caso se limitó a identificar qué condiciones son las más importantes para generar los escurrimientos en las montañas, “porque estos son las fuentes de alimentación del lago”.
 
Una de las mediciones fue cuánta precipitación fluvial había a partir de sensores colocados a una profundidad de más de un metro y una cierta distancia para medir la absorción de agua y la humedad. Los dispositivos se ubicaron en sitios de difícil acceso, por lo general laderas, donde no hubiera afectaciones del hombre para conocer la absorción natural del agua de lluvia.
 
De acuerdo con los resultados, en mayo existe poca humedad en la tierra, en junio hay incremento y en julio la tierra se llena de humedad y el agua ya no se puede absorber, generando el escurrimiento que alimenta el arroyo y otros afluentes. Este efecto, conocido como escorrentía, se produce cuando el subsuelo absorbe 185 milímetros de agua, precisó Farrick.
 
 
A T E N TA M E N T E
“Piensa y Trabaja”
“Año del Centenario de la Escuela Preparatoria de Jalisco”
Guadalajara, Jal., 16 de octubre 2014

 
Texto: CUSur
Fotografía: CUSur / Internet